martes, 13 de noviembre de 2007

El cometa Halley...entre nosotros...

Por Angel Meynet y Jorge Coghlan
Miembros Directivos del CODE
Abril de 1986

Las vivencias en el CODE con el paso del legendario astro entre los años 1985-86

Pasó el legendario cometa de Halley, brindando al Mundo una pálida imagen, en comparación a otras visitas históricas. El escaso brillo del famoso astro caudal no sorprendió, indudablemente, a los astrónomos. Ello estaba previsto mucho tiempo antes de que el cometa fuera identificado por primera vez en esta visita usando al gran telescopio de Monte Palomar.

Pese a haberse desplegado una amplia información al respecto desde los centros astronómicos de todo el mundo, la gente no parecía aceptar la escasa visibilidad del cometa de más renombre de la historia, y se prestó a visualizarlo de cualquier modo. Es verdad que en la actualidad no es difícil conseguir binoculares; prismáticos o pequeños catalejos, incluso telescopios, pues la ciencia astronómica está enormemente más difundida y al alcance de la mayoría de las personas, en comparación a 1910, cuando el Halley se presentó maravilloso al mundo.

No obstante, probablemente millones de personas no lograron ver al cometa, ni siquiera en los días de mayor brillo del astro. Nosotros, aquí, en nuestra ciudad de Santa Fe, Argentina, pese a la información y a las constantes invitaciones a las reuniones de observaciones semanales, reuniones que se intensificaron desde fines de Febrero hasta mediados de Abril de 1986, sabemos por expresión de decenas de ciudadanos, que muchísimos no lograron contemplar al Halley. Muchos esperaban verlo tan brillante como el planeta Venus, o por lo menos, como el astro más rutilante del firmamento en esos días.

En la Sede Social del CODE, Centro Observadores del Espacio, sin embargo, se organizaron grupos especializados en la observación y guía para los visitantes, y de cualquier manera, varios miles de personas localizaron sin dificultad al astro. Pero la parte más importante para el CODE estuvo en el trabajo conciente de un gran número de aficionados de primera línea, que siguió paso a paso la marcha del cometa por las constelaciones. El tiempo meteorológico no fue un aliado total, y en este aspecto habremos de lamentar algunos nublados continuados que no permitieron localizar al cometa, obviamente.

Pero cuando el cielo se presentó despejado, el pálido objeto fue fotografiado en todo lo posible. En la primera semana de Noviembre, exactamente al amanecer del Lunes 4 de Noviembre de l985, cuatro miembros del CODE localizaron al cometa en el cielo boreal, utilizando para ello el telescopio reflector de 23,5 cm, cuyo espejo había sido aluminizado al vacío días antes.

La presencia de la Luna y los constantes nublados no permitieron la realización de fotografías en los días de la primera aproximación del cometa a la Tierra, hecho que tuvo efecto hacia finales de Noviembre. Penosamente, en la noche del Sábado 14 de Diciembre, se pudo imprimir un débil rasgo del astro, con cámara fija. Una semana más tarde, el 21 de Diciembre, se tomó una foto con cámara sobre el montaje ecuatorial, con una exposición de 4 minutos (movimiento de relojería). Siguieron varias noches de elevada humedad; la bruma, las lluvias de los días de la cuarta semana de Diciembre, fueron para el desaliento, el Halley se internaba más y más en la intensa luminosidad del cielo del anochecer, impidiendo toda localización del visitante. En este aspecto, estimamos que los habitantes del hemisferio boreal de la Tierra tenían mejores posibilidades para localizar al cometa, el que se hacía visible en el suroeste apenas el Sol se ocultaba.

Naturalmente, al avanzar Enero, bajo muy difíciles condiciones, fue localizado el astro en la deslumbradora luz del Sol solsticial; la ejecución de fotografías fue estéril. Había que esperar el pasaje por el perihelio....¿estaría de nuestra parte el buen tiempo?...¿tendríamos finalmente la oportunidad de obtener cuanto menos sea unas pocas fotografías del astro caudal, para nuestro archivo, y brindarla a nuestros colegas menos privilegiados en la contemplación del Halley en esta visita...?

Mientras tanto, los instrumentos preparados para tratar de fotografiar al cometa estaban en orden. Algunos montados sobre sistemas ecuatoriales con movimientos de relojería, otros en firmes trípodes fácilmente transportables. Y llegó el día de la gran oportunidad, fue el amanecer brillante del Domingo 23 de Febrero de 1986. Buscando en el cuadrante oriental con ahínco, vimos aparecer al cometa ostentando una cola apenas visible, con una longitud angular de aproximadamente medio grado

La primera fotografía muestra tímidamente al astro vaporoso, de difícil obtención dado lo avanzado de la hora, con el cometa antecediendo al Sol del verano austral, la fotografía lo muestra ya como un cuerpo celeste caudal. Un poste de luz sirve de guía...haciendo notable la presencia cometaria. Esta primera fotografía se realizó con cámara fija sobre trípode. El trabajo (fuera de unos pocos intentos incursionados en el color), se llevó a cabo usando película TRI-X (film de 400 ASA) en 35mm y también en placas de 6x9 cm.

Se usaron diversas cámaras de 35mm., además de una para película de placa de 6x9 cm. Y una astrocámara dotada de una gran lente marca Voitglander de 80 mm. de diámetro y 36 cm. De distancia focal (f/4,5). Las fotografías se obtuvieron con cámaras dispuestas sobre trípodes (fijas), mientras que la astrocámara trabajó sobre un ecuatorial a horquilla con movimientos sincronizados por motor eléctrico y sistema de engranajes, corrección mecánica y anteojo acromático de 65 cm. de foco y fuerte aumento.
Aparte de las fotografías al Halley, se aprovecharon las mejores noches y el alejamiento de las luces ciudadanas para efectuar algunas tomas de las regiones más conspicuas de la Vía Láctea.

Conclusión


La presencia del cometa de Halley constituyó una verdadera experiencia para aquellas personas que nunca habían contemplado a uno de estos cuerpos celestes. Para los miembros del CODE, aparte de la pálida, aunque hermosa visión del cometa más célebre, la gran experiencia consistió en la formidable cantidad de personas, varios miles en dos meses, que pasaron por la terraza del local que entonces ocupaba el CODE como Sede Social, Exposición y Biblioteca, donde se exhibían las fotografías del cometa; además de ello, dejamos especial constancia sobre el número superior al millar de cartas recibidas de todo el país y varios centenares desde el exterior, solicitando un folleto explicativo relacionado con el Halley; gracias a ello un gran número de entusiastas y aficionados se asociaron al CODE en esos días.

¡Hasta el 2061 Cometa Halley...!